Prehistoria en Cataluña
Los primeros pobladores del territorio que actualmente ocupa Cataluña se remontan a los inicios del Paleolítico Medio. Los restos más antiguos descubiertos corresponden a la mandíbula de un preneandertal encontrada en Bañolas, de unos 25.000 años de antigüedad.
Entre los yacimientos más importantes de este periodo destacan el de las cuevas de Mollet (Serinyà, Pla de l'Estany), el Cau del Duc, en el macizo del Montgrí, el yacimiento de Forn d’en Sugranyes (Reus) y los abrigos Romaní i Agut (Capellades), mientras que para el Paleolítico Superior destacan los de Reclau Viver, la cueva de la Arbereda y la Bora Gran d’en Carreres, en Serinyà, o el Cau de les Goges, en Sant Julià de Ramis.
De la siguiente etapa prehistórica, el Epipaleolítico o Mesolítico, se han conservado importantes yacimientos, la mayor parte datados entre el 8000 y el 5000 a.C., como el de Sant Gregori (Falset) y el Filador (Margalef de Montsant).
El período Neolítico se inicia en tierras catalanas hacia el 4500 a.C., aunque en un grado de sedentarización de los pobladores mucho menor que en otros lugares, gracias a la abundancia de bosques, lo que propició que la caza y la recolección siguieran siendo actividades fundamentales y que el establecimiento de asentamientos se demorase en muchos lugares. Los yacimientos neolíticos más importantes de Cataluña son la cueva de Fontmajor (l'Espluga de Francolí), la cueva de Toll (Morà), las cuevas Gran i Freda (Montserrat) y los abrigos de Cogul y Ulldecona.
El período Calcolítico o Eneolítico se desarrolla en Cataluña entre el 2500 y el 1800 a.C., momento en el cual se construyen los primeros objetos de cobre.
La Edad del Bronce se sitúa cronológicamente en el periodo 1800-700 a.C., de la cual se conservan escasos restos, pero destacan unos poblados formados en la zona del Bajo Segre. La Edad del Bronce coincide con la llegada de los pueblos indoeuropeos, a través de sucesivos flujos migratorios que se desarrollan desde el año 1200 a.C., responsables la creación de los primeros poblados de estructura protourbana.
A partir de mediados del siglo VII a.C. el territorio catalán alcanzará el periodo conocido como Edad del Hierro.
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